Poucette se describe a sí misma como una niña solitaria, con una ávida curiosidad y aguantando muy mal los protocolos sociales y familiares que se le imponen. El mero hecho de tener que obedecer le provoca un sentimiento de rebeldía que no puede controlar. Muy joven, tiene la impresión de no pertenecer a esta familia y de ser completamente incomprendida. Los Fauconier viven en 23 rue Delleur en Watermael Boitsfort en una casa delante  del bosque de Soignes. De ahí nace el inmenso amor de Poucette para el bosque. A lo largo de su vida, al regresar de sus múltiples viajes, siempre experimentará un gran placer al encontrarse con su bosque.

Para escapar de las visitas “protocolarias” del mundo de los adultos, Poucette se refugia en su habitación durante largas horas y dibuja frenéticamente los pequeños acontecimientos de su vida. A veces escapa de noche para caminar sola por el bosque, poseída por esta necesidad de libertad que la invade de una emoción febril. Rápidamente, se establece una conexión  entre ella y su madre que intentará cubrirla toda su vida y sobretodo protegerla de su pésima relación con su padre.